Huelga

shshshshshshsshhshhs...Es ensordecedor, miles de infantes, marchan por Pacheco en dirección al puente que une las metrópolis de Neuquén y Cipolletti ¡Que-re-mos Te-ta! ¡Que-re-mos Te-ta! ¡Que-re-mos Te-ta! …La radio me sorprendió de tal manera que corrí en dirección a los puentes para cersorárme de que era verdad. Antes de llegar me encontré con el tráfico abultado. Los colectivos dejaban sus pasajeros a tres o cuatro cuadras antes de la rotonda. Lo que significaba que se debía caminar al menos dos o tres kilómetros para llegar al otro lado del río y subir a un colectivo cualquiera. Los camioneros que amargados en sus panzas y en sus caras suspiraban “UuuFa Che! al final ¡los más perjudicados somos nosotros!”. Y las personas que estaban estancadas cerca de los manifantes se preguntaban en un tono intolerante - ¿Dónde están las madres de estos críos? ¡Qué irresponsables! - Estaban quienes ostentaban en sus “4 x 4” polarizadas y hacían sonar sus tuneadas bocinas. Los pobres, caminaban en silencio y cabizbajo atravesaban el puente. Y los que viven abajo, ya no tienen voz de tanto gritar que alguien por favor les preste atención. ¡Muchos autos comunes, camiones de manzanas, autos de turistas! ¡Gente adulta, jóvenes, chicos, estudiantes, desempleados en busca de trabajo! Casi todos malhumorados, despotricando contra Cipolletti, Neuquén y sobre todo maldiciendo “el puente”. Caras laaaargas ¡Un verdadero quilombo! Allá cerca del canal de los milicos estaban los pibitos. Eran como 10.000. Unos lloraban con todas las fuerzas. Otros que apenas podían balbucear pseudopalabras golpeaban sus sonajeros sentados en el caluroso asfalto y expresaban su descontento: “¡bubub bubbubu mm-mmmm prprprrrr prprprrrrrrrrr!”. Los ideólogos de la manifestación eran los bebesadultos, aquellos que ya se paraban, con pañales todavía, pero sabían hablar. Defendían sus derechos y sus deberes. Hacia el lado del fortín “primera división” se posicionaron los del canal 7, canal 10 y los de Todo Noticia. Del lado de Mímica –el boliche de la ciudad - estaban los del “Río Negro”, “la Mañana Neuquén - Mañana Cipolletti”; y en el medio de la manifestación “la radio”. La chica de la radio entrevistó a Darío subcomandante del pelotón “baberos-babeados”. Yo escuchaba piola la entrevista- - Entonces Sr…. perdón… niño o mmm eheh– dudaba la periodista – y el Bebe le respondió: dígame Darío. - Muy bien, Darío; ¿qué quiere transmitir a las personas que están hace más de dos horas esperando atravesar el puente? Darío pensativo la miro desde abajo con sus ojos negros bien abiertos, buscó el equilibrio para pararse firme y contestó sin dudar: nosotros necesitamos de la leche materna. Ah- eeehheeh Y dígame…eh-- ¿cómo es que se organizaron para lograr esta concurrida manifestación? El subcomandante que se había sacado el chupete, comentó: “En verdad, la organización nace de la necesidad. Estamos totalmente convencidos que la leche de cada una de nuestras madres contiene las vitaminas y nutrientes necesarios para cada uno en particular de nosotros, por lo tanto, la convicción y la necesidad nos ha convocado a concientizar, no sólo al gobierno argentino sino al mundo entero, que nosotros necesitamos de nuestras tetas maternas”. La periodista casi se cae, se vio sobrepasada en la respuesta y quiso concluir. Entonces eh--- Darío estemmm----a qué hora se despejaran los puentes carreteros, para que la gente sepa y este tranquila. Y con forma conclusiva Darío expresó: creemos que la concientización de nuestros deberes al igual que de nuestros derechos es un trabajo arduo, en este sentido no podríamos estipular una hora exacta de liberación de los puentes. Sin embargo, lo decidiremos en la asamblea, en media hora. Como la entrevista se había terminado me corrí hacia otro lugar cerca de la garita del colectivo en frente de la caminera. Me fue dificilísimo llegar porque tenía que cuidarme de no pisar ninguno de los manifantes. En ese momento, hubo un ruido de sirenas. Era la policía con sus armas, sus escudos antibalas, sus cascos protectores y las cachiporras. Bajaron corriendo de sus camionetitas recién compradas. Se enfilaron al costado de la manifestación, no mostraban expresión alguna. Hugo, el bebe teniente coronel se aproximó al lugar. Se sacó los pañales y en total desnudez con su parada casi tambaleante, levantó la voz, tomó la palabra y gritó: “¡la leche es el camino, el amor es el móvil, el diálogo es el puente! Conciencia de la vida humana defendemos, hoy la manifestación se levanta y el puente vuelve a vuestra posesión, la vida ¿no es un valor?”. Nadie aplaudió. El silencio que Hugo había provocado no duro mucho. Los bebes tomaron el brazo de sus madres y las guiaron a un tiempo tal vez mejor.

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