Bin Laden

No existe quien no recuerde este nombre y no lo relacione inmediatamente con "las torres gemelas". Cada lector se sentirá obligado a recordar en dónde se encontraba aquella mañana del 9 de septiembre del 2001. También aparecerá en la memoria de cada lector cual fue su sentimiento, cual fue su primer pensamiento de qué lado se posicionó. Seguramente, no existirá el lector que haya aplaudido aquella azaña. Tal vez, incluso, haya sido Ud lector uno de los particiapantes en salir a las calles a festejar con los Iraníes, Irakíes y el Oriente Medio. Tal vez, Ud, estimado lector, haya penado la muerte de un familiar, de un amigo, o simplemente, ha sentido tristeza por la muerte de uno más.Sea quien sea Ud, estimado lector, seguramente no ignorará el nombre Osama Bin Laden.

Algo hay en común entre opresores y oprimidos: la humanidad destruida de quién oprime y de quien es oprimido. El problema que pueda generarse en estos tiempos es anticiparse sin ninguna crítica y determinar quien es uno u otro. En los tiempos que corren, la designación suele tener problemas categoriales debido a las sutilezas con las cuales buenos y malos no tienen límites. Por las dudas, me pregunto, alguién tiene idea del sufrimiento provocado por las invaciones estadounidenses o por los atentados a turistas que nada tienen que ver con nada.

Osama Bin Laden, de seguro no era un santo, ni tampoco un mártir. Sin embargo, me da asco y repugnancia quienes aceptan el discurso norteamericano que asegura que la persona de Bin Laden es la representación del mal. Ignoro pero no ignoro al presidente de Perú que atribuyó el milagro a Juan Pablo II de haberse llevado a la personificación del Mal. Estados Unidos ha generado el discurso de demonialización de personasl concretas y muchos se lo han creído. Recordemos a Sadam Hussein. Si Ud, lector curioso, hace una breve investigación, encontrará que de él se decía lo mismo que se dijo de Bin Laden. Sin embargo, con unas vueltas de tuerca más incisiva en la investigación le sorprenderá saber que tal personaje había sido aliado de EE.UU. Amigo y enemigo según convenienza. Así maneja sus hilos el patrón del mundo.

Ni Bin Laden es un demonio ni EE.UU personifica la justicia universal. Por favor, no me parece agradable la justicia que de humana pareciera transformarse en divina. Nada los detiene, ni reglamentos internacionales, ni decretos sobre los derechos humanos. Quién le para el carro a estos prepotentes norteamericanos? Todos los escándalos que poco a poco salen a la luz parecen que no encuentran en la sociedad, ni en vos, estimado lector, un espacio que corte con la soberbia norteña. Crímenes se cometieron en EE.UU cómo pensar únicamente en la posible caída de la bolsa? Crímenes se cometieron en Irán, Irak, Bagdhad, etc. Cómo preocuparse por la posible subida del petroleo. No hay ni duelo, ni silencio, todo es Comercio, competencia y libertinaje. Barak Obama ¡qué decepción!

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