Misterio en la escalera 15: segunda parte

            El invierno del 1996 cubrió Cipolletti con el olvido, o al menos, con el olvido de los medios que no encontraron nada rentable en el caso de Gustavo y Ariel. Pero quienes de vez en cuando, frecuentábamos las inmediaciones de las doscientas nos preguntábamos por aquel extraño suceso. Vi los padres de los desaparecidos, vi sus hermanos y hermanas. Vi además los grupos de amigos que no pudieron expresar el desconsuelo más que con la idea de escribir sus nombres en la vereda que limita con Esquiú. Las caras de los allegados a los desaparecidos cambió y sus rostros se ensombrecieron.
            Triste fue darme cuenta durante el verano del 1997 que yo también había olvidado y los diarios que había criticado me sorprendieron con el titular. “Testigo del misterio de la escalera 15 se presentará ante el juez”. Las líneas que completaban el encabezamiento de la página 35 me alertó que a las 10:00 hs se encontrarían cara a cara Alejo Sandoval (joven de 18 años) y David Negrinsky (juez en lo penal). Me emocionó la idea de que había un nuevo testigo. Pensé hay esperanzas en entender qué paso.
            Ese día no pude estar tranquilo. Me movió la curiosidad y lógicamente no podría presenciar aquella sagrada reunión. Cómo hacer para conseguir información directa de aquel testigo. Cómo involucrarme para no caer en el mero individualismo y ser fiel a mis ideales. Preguntas que me repercutían en el cerebro. Todo acompañado del sentimiento de culpa por haber olvidado algo que yo mismo exigí no olvidar. Entre pensamiento y pensamiento obtuve la solución.
            Sin pensarlo más me fui a las doscientas. Camine la vereda de la calle Esquiú. Doble en Esmeralda y continué por las calles que cubren el perímetro. Me animé y entré. Pisé el primer escalón de la 15. Miré la casa de Emma que me miró. Tome aire y subí al tercer piso. El ladrido de los perros era aterrador. Pero nada de mis movimientos ocultos fueron revelados porque a plena luz del día parece esconderse la normalidad. Todos ven pero nadie distingue lo bueno de lo malo.




            Desmantelé el candado del departamento que había sido noticia. Abrí la puerta y entré. Mis nervios eran tales que afinaron mis sentidos. El aire del departamento era tenso. Algo ahí indicaba una presencia. El comedor vacío, la cocina con la sola mesada, primera habitación a mi izquierda, oscura porque tenía las persianas cerradas y de igual manera la habitación al fondo del pasillo. No me animé a entrar en ninguna de las habitaciones. Me sentí como me hacen sentir las películas de terror. Salí corriendo.
            Cerré como pude las puertas, y bajé corriendo. Cuando salté el último escalón, casi por casualidad observé que la viejita Emma asomada a su ventana hacía el típico gesto con la mano derecha cuando queremos decir “vení”. A lo cual yo respondí con el típico gesto de “¿a mí?”. Ella con sonrisa de por medio, movió su cabeza en sentido afirmativo.
            Emma sabía cosas que yo ignoraba totalmente. Por ejemplo, sabía que Doña Graciela la señora del almacen era divorciada. Que además la hija mayor de Graciela, Susana estudiaba medicina en Córdoba y que por aquellos días se había juntado con el novio. Sabía además que el pelado del Kiosko que vende cigarrillos sueltos, además vende merca y la policía sabe pero no hace nada porque está todo arreglado. Además, me sorprendí porque conocía perfectamente a mis padres. Toda una fuente de sabiduría.
            Entonces, me animé y pregunté. Ud sabe señora quién vivía en el dpto. 2 del tercer piso de la 15. – Mira nene, sé que te metiste en el templo – ¿cómo?  ¿Qué templo? No señora le pregunto por el Departamento – si, si, si, ya se por el departamento de la 15, el del tercer piso. Bueno tenes que saber que apenas hicieron el barrio los Perez Sanchez vivieron allí pero se fueron el año del incendio porque el hijo, el Martincito resultó ser el organizador principal. – ah ¿mira vos? – Pero lo que vos tenes que saber es que nos Negrinsky que vinieron después, compraron el departamento para hacer sus ritos. –¿ qué ritos?
Emma contará de que se tratan los ritos…mañna en la tercera entrega de Misterio en la escalera 15. Te espero….

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